Como el año pasado, pareja del periodista Gustavo Rugeles volvió a defenderlo y dijo que no es "un peligro"
Marcela González rompió el silencio luego de denunciar a Rugeles, tras recibir insultos, amenazas y un zapato en la cara.
La historia se repite, increíblemente. Marcela González rompió el silencio luego de denunciar, en segunda ocasión, al periodista Gustavo Rugeles, por el delito de violencia intrafamiliar.
La mujer, como el año pasado, volvió a defender a su pareja sentimental, pese a haber sido insultada, amenazada con un cuchillo y agredida con un zapato en su cara, por parte del comunicador.
González, inexplicablemente, señaló que la denuncia radicada hace pocos días, fue una 'demanda de amor' o un 'llamado de atención'.
"Es como cuando tú tienes un hijo, te hace algo malo, pues tú lo puedes amar mucho, pero si eres una persona de convicciones le llamas la atención y le dices: ‘ey te estás equivocando’”, expresó la dama a Blu Radio.
Recordemos que, en la denuncia revelada por Noticias Uno, la mujer indicaba lo siguiente: "Me decía que yo era una maldita perra zorra. Yo le dije que se calmara y empezó a tirar cosas al suelo, y me tiró un zapato en la cara. Me lesionó el ojo izquierdo. Después me da varios puños en las piernas y luego me arrancó parte del cabello".
Comparó su turbulenta relación con Rugeles como una apuesta "en la que puede ganar o perder".
"Esta ha sido mi apuesta desde hace año y medio o dos años. No vivo pensando de que lo malo paso, pienso positivamente”, agregó Marcela González.
La mujer indicó que el periodista Gustavo Rugeles, también recordado por crear noticias falsas, "no es una mala persona" ni tampoco "un peligro para la sociedad". Entonces ¿Por qué la denuncia?.
Además, resulta sorprendente, que días atrás después de ser agredida, la mujer le manifieste a la Fiscalía que "teme por su vida y la de sus padres", y hoy considere que su pareja no representa ningún peligro.
En pocas palabras, como ocurrió en 2018, la mujer se volvió a retractar y consideró una denuncia judicial como una 'demanda de amor'.